TU PROPIA LUZ

En una pequeña habitación iluminada por una única bombilla, una joven se encuentra inmersa en la calma inquietante del espacio. La luz tenue que la acompaña parece ser su único refugio, hasta que, de repente, esa luz se apaga. Todo a su alrededor se disuelve en oscuridad. Sin previo aviso, cae en un vacío profundo, y el mundo se transforma en una inmersión silenciosa y fría, donde todo es blanco y negro, como si estuviera sumergida bajo el agua.

Mientras flota en este espacio irreal, ve una escena inesperada: su propio cuerpo en una bañera, quieto y suspendido en el tiempo. Confundida y asustada, comienza a perseguir destellos fugaces de luz que aparecen a lo lejos, como si cada uno fuera una promesa de escape, pero nunca logra alcanzarlos. La desesperación crece mientras se dirige hacia esos puntos de luz inalcanzables, siempre desvaneciéndose justo antes de que sus manos puedan tocarlos.

El esfuerzo por encontrar lo que ha perdido la deja exhausta. Se detiene, y en ese momento de calma se produce un descubrimiento. En sus manos, un paquete de cerillas aparecen, frágiles pero llenas de posibilidades. En el acto de encender una de ellas, el mundo cambia. La pequeña llama ilumina su rostro y revela que la luz que había estado buscando fuera, todo ese tiempo, no dependía de ningún lugar externo: la llevaba dentro de sí misma.

Volvemos a la bañera, donde la joven, aún en esa atmósfera gris y pesada, enciende la cerilla, y con ese simple gesto, el vacío a su alrededor comienza a desaparecer. La luz de la llama se expande, empujando la oscuridad y devolviéndole el control. Finalmente, sale del agua, emergiendo al mundo exterior.

La última imagen la muestra corriendo por un extenso campo verde. El aire fresco roza su piel, y el paisaje se llena de color a su alrededor. Corre libre, sonriendo, mientras la luz que ahora irradia desde su interior ilumina su camino. El vacío ha quedado atrás, y con él, la búsqueda externa de lo que siempre había estado en su interior. Ahora, es símbolo de libertad, de felicidad y de la liberación que trae consigo encender su propia luz.